La poesía va siempre acompañada por el placer. El acercamiento del niño al poema es trabajo del adulto y para que esta experiencia sea positiva debe reunir algunas condiciones:
· La introducción al poema debe darse con un clima de tranquilidad.-
· La lectura o interpretación del poema ha de efectuarse con inflexiones de voz.-
· No es preciso explicar las palabras desconocidas porque los niños captan todo
· Debemos manejar con habilidad el lazo afectivo entre los niños y la obra.
· No es conveniente interrogarles para observar cómo y en qué medida el poema
penetró en ellos; las preguntas destruyen estados internos afectivos.
· La vivencia no se concreta en el acto, sino que es un proceso de efectos
progresivos.
· La trasferencia poética debe estar regida por la conciencia lúdica, compartida
entre el emisor y el receptor, sobre todo en los primeros años. Es imprescindible
recordar que el juego es el medio del que se valen niños y niñas para conocerse a
sí mismos y al mundo de personas y cosas que les rodean.
·Elegir un poema es elegir un código de connotación múltiple y enriquecedor para
que el grupo elabore asociaciones originales y descubra la fuerza espontánea y
movilizadora de todo mecanismo creador.Exponer los poemas interpretados
acompañados de imágenes o sin ellas en las paredes del aula, con el fin de que el
grupo visualice y se sienta acompañado de aquello que le ha gustado.
La convivencia con el poema (ya sea leído, escuchado, dibujado, musicalizado,
etc...) eleva el nivel de creatividad porque estimula las fórmulas menos
convencionales de su relación con el medio.
Descubrir el poder y la magia de las palabras.
- Despertar la imaginación, la fantasía y la creatividad.
- Estimular el lenguaje oral y otras actividades que intervienen de manera directa en el desarrollo global (lateralidad, esquema corporal, coordinación, dinámica...).
viernes, 28 de septiembre de 2007
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